martes, 23 de agosto de 2011

Querida Mentira

Por esta vez, por esta noche, sé mi amiga.

Y talla cada recodo de mi cara con tu cincel

para esconder de sus ojos toda mi ira

y la pena que guardan las lágrimas en mi piel.


Que no vea lo que soy y lo que oculto.

Que piense que estoy vivo pese a mi silencio

para que no halle el vacío de tal hurto

ni las sombras en mi boca de ese bastardo te quiero.


Sal al vacío y al amparo de la noche.

Llévame donde el latido no es nada,

donde puedo abandonar los amores

tejiéndolos con los hilos de mi alma.


Nazareno quiero ser bajo tu manto de luces.

Pecar fue fácil y la penitencia mi agonía.

Imploro perdón esperando que me desnudes

que quites de mí esta maldita capa fría.


Mi disfraz dejaré caer sobre mis sábanas,

guardando mi traje en la baúl de las ironías,

agradeciendo que me dejaras tu máscara,

que fueras mi aliada, querida Mentira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario