martes, 19 de julio de 2011

La luz de tu habitación

Y entre caricia y caricia fui descubriendo tu sabor a miel,dejándome llevar por el tacto de tu pelo, por el olor de tu perfume,y por el color canela de tu piel.

La luz no me da el permiso para dejar verte, solo el resplandor de tu televisión, imitando la luz de la Luna, ilumina tu cuerpo solo un poco, pero lo justo para distinguir las curvas que marcan el camino de mi locura.

Loco estoy y loco me hago cuando llevo al suicidio mis manos en la selva de tu pelo, al recorrer con cada centímetro de mis dedos, el calor que desprende tu cuerpo.

...sí, no, sí, no, sí, no, sí...

Como el tictac de un reloj me mantengo en el devenir del deseo, en el puedo o no puedo, en el debo o no debo, hasta que ya no hay seso ni protocolo, solo el lujo de probar que no hay mentira en lo más puro de un beso.

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